La verdad es que la palabra “dieta” no es como nos la han pintado, es un plan de alimentación con el que se controlan o regulan las cantidades y los tipos de alimentos que debemos comer para lograr un fin específico.
Algunos estudios dicen que el 97% de las personas que hacen “dietas estrictas” para bajar de peso, cuando dejan de hacerla terminan pesando lo mismo o incluso más de lo que pesaban antes de comenzar. Una de las mayores consecuencias al perder peso de una manera incorrecta es generar el famoso efecto rebote.
El efecto rebote, silencioso y traicionero, es el enemigo de muchas dietas, sobre todo de aquellas que prometen grandes pérdidas de peso en muy poco tiempo. Para ser más claros: es un aumento de peso posterior al hacer una dieta, inclusive puede pasar que subas más de peso del que tenías inicialmente, sobre aumentando la grasa mala después de hacer una dieta de choque o hipocalórica.
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Hemos sido testigos de personas conocidas, mujeres y hombres, con cirugías, ya sean estéticas o por “salud” como las de obesidad, que después de hacérselas vuelven a aumentar gradualmente de peso porque nunca supieron cambiar sus hábitos.
Recuerda esta frase: “De nada sirve resolver muy bien el problema incorrecto”, de Marvin Bower, propietario de la firma McKinsey & Company. Puede ser que hagas todas las dietas del mundo y te realices las cirugías estéticas que quieras, pero si no cambias tus hábitos, a largo plazo, tus resultados serán temporales.