1- Tu técnica mejorará: te trae un beneficio circular, ya que al mejorar la cadencia mejora tu técnica y viceversa.
2- Minimiza el riesgo de una lesión: como lo sabes, las lesiones son nuestro peor enemigo, pero con una buena técnica las evitaremos al máximo. Según un estudio publicado por el NCBI, donde se evaluó la cadencia de 45 corredores y sus variaciones, se concluyó que el aumento de la cadencia puede reducir, sustancialmente, la carga en las articulaciones de rodillas y tobillos durante la carrera.
3- Contrarresta el “overstriding”: es una mala práctica al querer alargar todo lo posible la zancada al correr, creyendo que vas a correr más rápido y ser más eficiente, pero resultará todo lo contrario, ya que tendrás mayor desgaste y fatiga, y mayor lentitud por el efecto de frenado. Finalmente, cuando la zancada es demasiado larga, lo que ocurre es que se produce un fuerte impacto del pie contra el suelo y tanto la rodilla como la tibia sufren más de lo debido.
4- Darás pasos más cortos y tus pies impactarán mucho más cerca de tu centro de gravedad (centro de equilibrio): es un modo óptimo de mejorar tu rendimiento porque gastas menos energía y consigues reducir la fuerza del impacto que sufren tus piernas contra el suelo.
5- Capacidad de adaptación: cuando corres, recibes impactos repetitivos en el cuerpo generando un desgaste. La buena noticia es que si estás sano y manejas una buena cadencia tienes la capacidad de adaptarte, permitiendo que tus huesos, articulaciones, tendones y músculos soporten esa tensión.
6- Mejorarás tu rendimiento en el running: con el tiempo comenzarás a notar un incremento en la fuerza, coordinación y velocidad en la carrera. La variedad es la clave para mejorarla.
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RECUERDA:
Ten paciencia y seguridad: los cambios no se darán de la noche a la mañana; cuando empieces a entrenar, probablemente, te sentirás con cierta incomodidad porque llevas un tiempo corriendo, de la misma manera que no será fácil cambiar la metodología y, además, requerirá mayor esfuerzo físico y también desgaste mental.
No debes sentir vergüenza: a la hora de correr con pasos más cortos no debes pensar que otros corredores te mirarán de forma extraña; concéntrate en tu objetivo sin importar el qué dirán, tú eres quien mejorará.
Mayor cadencia en un principio no significa mayor velocidad: mejorarás tu rendimiento, pero no quiere decir que vas a correr más rápido inmediatamente; este no debería ser tu objetivo principal.
Enfócate en estos dos aspectos: menor tiempo de contacto del pie en el suelo y amplitud óptima de la zancada. Esfuérzate por pisar y salir rápido para dar la siguiente zancada, como si el suelo fuese lava; obviamente, entrénalo de manera progresiva.
Música para aumentar la cadencia. Un estudio publicado en el NCBI (Centro Nacional para la Información Biotecnológica) indica que correr con música con mayores bits aumenta la cadencia de los corredores.
De pronto no lo sabías, pero la música puede ayudarte muchísimo, de acuerdo con el número de bits de las canciones; por ejemplo, si tienes una cadencia de 150 PPM y quieres elevarla hasta 160, puedes buscar canciones que tengan “beats por minuto” (BPM) equivalentes.
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Esperamos que pongas en práctica estos tips para que cumplan su propósito y puedas obtener los beneficios al aumentar la cadencia.
